jueves, 6 de marzo de 2008

DESDE MI VENTANA


Digamos que cada uno de nosotros es la síntesis de una experiencia de vida, lo que toma cuerpo y se cristaliza en un armazón de convicciones, opiniones y pareceres que sentimos como nuestra identidad, como nuestra propia vida. En suma, cada persona podría pensarse como un particular “punto de vista” que la sostiene y de alguna manera le permite dar todas sus batallas.
Si partimos de la convicción de que “en cada problema hay una oportunidad” y lo menciono como un punto de partida posible, porque siendo consistentes con lo anterior, ya no hablaremos de verdad sino de puntos de vista; digamos que detrás de una mala experiencia de vida puede encontrarse sin duda una oportunidad para ampliar ese limitado “punto de vista” que constituye nuestra identidad y que por tanto somos cada uno de nosotros. La diversidad es el punto de partida, existe casi por definición y es la base de la dificultad comunicacional entre nosotros.
Por eso quiero contarles que la frase “desde mi ventana” y lo que se ve desde ella, sin mucha ilusión de poder trasmitir realmente la significación que para mi tiene, son íconos de un “nuevo punto de vista” personal. Paradójicamente, no disfruté de este lugar hasta que las circunstancias me obligaron y no precisamente en condiciones de disfrutarlo. En esa situación y desde mi ventana, comencé a ver cosas que antes estaban allí pero que yo no vi y que en este nuevo estado de cosas me llevaron a cuestionar mis propias opciones, a replantearme prioridades y estilos de vida que hasta ese momento parecían estar apoyados en sólidas convicciones racionales y en el ejercicio de mi libertad de optar por un camino con todas las consecuencias que ello implica, incluido trasmitirlo a mis hijos en ese paquete que conforma la educación en valores.
Es en ese momento que me pregunto si realmente acepto que la vida es tan dinámica, que los acontecimientos fluyen y nos sorprenden y que esto impacta necesariamente en mis convicciones por lo que mi ser debería ser tan dinámico como todo lo que aprendí de lo que me pasó…. Debo confesar que realmente tenía una visión más acabada del ser humano, tenía una idea más parecida al “yo soy así” como algo permanente y una visión del dinamismo que apuntaba solamente a la incorporación de conocimientos, en el entendido de que el conocimiento no tiene vuelta atrás…. No sé si es posible pensarse de una forma tan vulnerable e incompleta como un mero “punto de vista” y desde ese lugar simplemente vivir

1 comentario:

maria teresa dijo...

Esas palabras vienen de una gran persona que admiro y quiero mucho, quien no conoce en su diccionario personal no existe la palabra "derrota", con lagrimas en los ojos escribo estas simples palabras que vienen del corazon, TE ADMIRO profundamente, tere