Esta foto que sacó un amigo ya hace un tiempo, siempre me atrajo mucho, haciendo volar mi imaginación por cualquier lugar. Primero valoré su capacidad para hacer arte desde lo cotidiano, así como logró darle un sentido distinto al que para mi tenía y en general lo que nunca termina de sorprenderme en el ejercicio de la vida grupal, es como siempre todo lo que para cada uno de nosotros tiene una significación particular, se puede mirar, sentir y vivir desde otro lugar.
Después en una segunda etapa creo que fui buscando su sentido desde lo simbólico, con ideas que fueron desde su similitud con una vida artificial, hasta la dependencia de una vida a una máquina tan simple y rudimentaria que ni siquiera necesita batería ni conexión de algún tipo.
Finalmente creo que en mi universo simbólico ya no representa nada de eso, de alguna manera grafica graciosamente o mejor aún, caricaturiza mi propia forma de ver o vivir la vida, partiendo de una premisa que se constituyó en una verdad incuestionable. La planificación como facilitadora, el orden como la herramienta práctica que conduce y posibilita una ejecución eficiente.
Si el movimiento y el cambio del entorno es la regla, si aún sin saber hacia dónde nos dirigimos, ni hacer nada voluntaria o conscientemente igual llegaremos a alguna parte, entonces la etapa previa a la acción, debe forzarse hacia el lugar de lo previsible y bajo un aparente orden y control sentir la seguridad de estar en el camino correcto.
Así fueron encaradas muchas actividades de mi vida o por lo menos las jerarquizadas como importantes o de realización personal: laborales, intelectuales, mis proyectos; como estudiar, como ser un trabajador digno y hasta como ejercer una maternidad responsable.
En síntesis, todo previamente clasificado, nada de lo previsible librado al azar, una mirada masificadora que aporta al grupo una mejor convivencia en paz; pero que a nivel personal y como resabio positivista ha sido enemigo del ejercicio de mi libertad, de la creatividad, de la anarquía natural con la que funcionamos espiritual e intelectualmente.
Ahora diría en tanto limita nuestra creatividad, nos estructura, nos aporta clasificaciones para simplificarnos la vida que son pragmáticamente tan útiles como arbitrarias.....cuando gastamos buena parte de nuestra tiempo de vida en ese hacer y concebir totalmente estandarizado, es momento de plantearnos que quizás la primera revolución mental, a la que debería someterme, el primer cambio de paradigma que debería encarar en lo personal es como ver la vida "cuando el Orden no es Progreso"
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